EL HOMBRE COMO PROBLEMA ANTROPOLÓGICO
LA ANTROPOLOGÍA GRIEGA
EL HOMBRE COMO PARTE DE LA NATURALEZA
La búsqueda continua del cosmos,
por parte de los pensadores griegos, los condujo a descubrirse como parte
importante de ese cosmos, y en consecuencia, a preguntarse por sí mismos. Esta
pregunta por el hombre nos ha permitido, desde aquellos tiempos hasta hoy,
comprender el mundo y darle sentido.
Como indicadores de este discurso
de la filosofía, que recibe el nombre de antropología, encontramos a tres figuras
fundamentales: Sócrates, Platón y Aristóteles.
EL ORIGEN DE LA PREGUNTA PARA EL HOMBRE
Sócrates es considerado para
muchas personas como uno de los personajes más influyentes en la historia de la
filosofía, no solo por haber hecho de su vida un modelo de conducta –Que determinó
poderosamente la filosofía de sus seguidores Platón y Aristóteles- sino por el
giro radical que le dio al pensamiento griego.
Fue precisamente Sócrates, quien
indujo el tema del hombre en el ámbito de la filosofía. Al decir de un filosofo
del a antigüedad, Sócrates bajo la filosofía del cielo a la tierra.
SOCRATES Y LA VERDAD DEL HOMBRE
¿QUE ES EL HOMBRE?...
La descripción de las propiedades
y cualidades de la naturaleza no dicen nada acerca de lo humano, y considera
que precisamente esta investigación es mucho más importante y urgente que la
investigación física.
Sócrates opina que antes de conocer el arjé, el hombre
debe ser educado en el conocimiento de su verdadera naturaleza. Su filosofía
constituye así, un análisis detallado de las diversas cualidades y virtudes
humanas, desde donde busca revelar la verdad ultima del hombre. Sócrates nunca
se atrevió a dar un significado de hombre, de hecho nunca espero encontrarla.
Su filosofar debe entenderse como una actitud de exhortación y educación que
ocurre en el dialogo mismo, es a través de este dialogo que le hombre se
manifiesta. Para Sócrates la verdad del hombre es una pregunta abierta.
EL HOMBRE PARA PLATÓN
Para Platón existen dos mundos,
el mundo de las ideas, donde toso es eterno y perfecto; y el mundo físico,
imperfecto, temporal, aquel donde vivimos, que es simplemente un reflejo del
otro mundo.
La verdad entonces es solo
posible en ese mundo de las ideas, porque esta solo puede provenir de lo
universal y necesario para Platón, el alma humana, que ha existido siempre en
el mundo de las ideas, al encontrarse en un
cuerpo dentro del mundo sensible olvida por completo sus conocimientos y
requiere del contacto con los objetos del mundo, que son copias o imagen de las
ideas, para poder recordar la verdad del mundo suprasensible.
Con esto se concluye que lo que
platón piensa es que el hombre es un alma eterna e inmortal encarcelada en un
cuerpo, cuyo fin es el descubrimiento de la verdad en el mundo de las ideas, el
cual debe regresar.
LA ANTROPOLOGÍA MEDIEVAL
La filosofía de la edad media es
presentada generalmente como oscura y sin trascendencia, pero de sus autores y
doctrinas se encuentra impregnada nuestra cultura, especialmente en lo que se
refiere a la antropología.
El problema principal de la
filosofía medieval europea es la relación del mundo y del hombre con Dios,
fundamentalmente con la visión cristiana de Dios.
Durante largos siglos los
filósofos cristianos se dedicaron a desentrañar este problema, estando siempre
atentos a no contrariar con sus tesis las doctrinas de la fe cristiana. En este
largo proceso debemos destacar a dos autores muy importantes, quienes se
carácter izaron por realizar grandes obras, en donde se sintetizan los
principales momentos del pensamiento: San Agustín de Hipona y Santo Tomás de Aquino.
EL HOMBRE COMO ALMA PARA SAN AGUSTÍN
Su pensamiento proviene de una
experiencia intensa en la búsqueda de la verdad que, después de varias etapas
lo condujo a la conversión del cristianismo. Su pensamiento tiene una clara influencia platónica que algunos no
dudan en llamar neoplatonismo.
El hombre para San Agustín es
un alma racional que tiene un cuerpo
mortal y terreno para su uso. El alma entonces es definida como cierta
sustancia dotada de razón que domina y rige el cuerpo. El hombre por lo tanto
es el alma y su cuerpo no es un elemento constitutivo esencial.
EL HOMBRE COMO SUSTANCIA PARA SANTO TOMÁS
Para Santo Tomás la razón y la
fe, son dos campos diversos que necesitan ser equilibrados y complementados,
por ello concibe al hombre como un ser ubicado en el mundo, del cual forma
parte y en el cual ocupa un lugar
determinado.
El hombre está situado en el
culmen de lo material y espiritual, por lo cual le da un sentido a todos los
demás seres de la naturaleza. Para Santo Tomás el hombre es un todo constituido
por la unión inseparable del cuerpo y el alma. El alma es individual e inmortal
y creada por Dios, está en todo el cuerpo y requiere de este para manifestarse.
EL RENACIMIENTO
UN PERIODO DE TRANSICIÓN
Durante este periodo hay que
destacar la implantación del método científico (determina aspectos de la vida
cotidiana marcada por la tecnología) y el desarrollo del arte (Creó la
perspectiva, una forma de ver el mundo que aun hoy consideramos la más
adecuada).
Algo que caracteriza a los
renacentistas es la actitud crítica frente a la herencia y las tradiciones que
recibieron del Medioevo. Sin embargo, filósofos y artistas generaron respuestas
distintas que descansaban sobre puntos de vistas particulares. Es por esta
razón que los filósofos no pudieron agruparse en una misma escuela, que los
artistas respondían a búsquedas específicas y que las sociedades o naciones no
puedan definirse con un modelo social que los agrupe.
LA REVOLUCIÓN CULTURAL
Con el renacimiento se da la
revisión de dos asuntos fundamentales: el análisis del lenguaje y el análisis
de la historia, la finalidad de esto fue la reforma de la teología y la
religión cristiana. A partir de esto se instauró y fortaleció el pensamiento
del método científico y de la filosofía moderna. Pero sin duda, el impacto
principal del renacimiento fue el producido a los niveles político y social.
Las fuerzas económicas emergentes
encontraron, en la crítica a la religión, la ocasión perfecta para acabar con
la injerencia de la iglesia en los asuntos de los estados. De este modo
lograron también desacreditar a la nobleza e ilegitimar su acaparamiento del
poder. En este contexto florecieron las artes, el comercio y los asuntos
políticos y culturales, adquirieron un matiz definitivamente laico.
LA ANTROPOLOGÍA MODERNA
EL RACIONALISMO
Este concepto nace dentro de la
filosofía moderna, gracias al pensamiento renacentista. Algunos de los
elementos que llevaron al racionalismo en la filosofía moderna fueron la
liberación progresiva de los sistemas medievales, que nos permitían la
experimentación; la nueva afición por las ciencias de la naturaleza y la
experimentación; las nuevas teorías sobre la astronomía y la física planteada
por Nicolás Copérnico y Johannes kepler, y la creación y la implantación del
método experimental en el estudio de los fenómenos naturales.
Para el racionalismo moderno, el
hombre y su racionalidad son la fuente y la base de todo conocimiento, es en
esta época cuando se desarrollaron las primeras investigaciones sociales, al
interior de los movimientos como la Ilustración del siglo XVII y la
Enciclopedia.
EL HOMBRE NATURAL DE ROUSSEAU
Jean Jaques Rousseau fue
probablemente el más profundo y original de los hombres del siglo XVII y el que
más influyó en el mundo contemporáneo. Para Rousseau el hombre se encuentra en
la paradoja del ser natural y libre que es el estado en el cual nace, y el ser
artificial o social que es la estructura que se lo impide. El hombre en su
estado natural primitivo, es eternamente libre, luego la desigualdad aparece
con la sociedad: “El hombre es bueno y la sociedad lo corrompe” El ideal
natural de la humanidad será entonces, retornar al estado primitivo, semejante
al que los pobladores Europeos vieron en los pueblos primitivos de América y
Oceanía.
EL HOMBRE COMO SER AUTÓCTONO PARA KANT
Para este filosofo alemán la
pregunta fundamental del hombre es su deber ser, es decir, que debe hacer el
hombre y que le cabe esperar al hombre dentro de la existencia.
Para Kant, existe en todos los
hombres una ley moral universal, a la cual deben acomodarse sus conductas. Esta ley es común a
todos los hombres por ser expresión a su naturaleza racional y exige la
autonomía del hombre, ya que el obrar moralmente consiste en cumplir la ley por
respeto a la ley misma. La antropología kantiana percibe al hombre libre autónomo, bajo la tutela de un ser supremo,
que garantiza el cumplimiento del deber ser, recompensado con la felicidad
eterna.
EL HOMBRE COMO SER SOCIAL Y ECONÓMICO
De las posturas que salieron del
idealismo hegeliano, cabe destacar la obra de Karl Marx, quien en su intento
por hacer una lectura total de la naturaleza humana, destaca ante todo el
carácter social del hombre y el valor de trabajo como medio de realización.
Para Marx, el hombre hace su
historia y logra desarrollarse plenamente solo en la sociedad, a través de las
relaciones con los demás. Su trabajo le permitirá adquirir los medios
materiales que le garantícenla satisfacción total de sus necesidades y también
les den posibilidad de ayudar a la
comunidad. Para Marx comprender al hombre, implica comprender su organización
social.
NIETZSCHE Y LA AFIRMACIÓN DEL INDIVIDUO
LO DIONISIACO Y LO APOLINEO
Para Nietzsche la naturaleza
humana estaba constituida por un elemento racional y un elemento desconocido,
que podríamos denominar instinto.
Nietzsche representa estos dos
principios básicos en dos figuras tomadas de la mitología griega: El dios
Apolo, símbolo de la serenidad, del equilibrio y la medida; y el dios Dionisio
símbolo de lo instintivo, impulsivo y excesivo.
Nietzsche destaca siempre la
importancia de la vida, la ve como el despliegue de todas las capacidades
humanas en busca de potenciar todas las habilidades del hombre.
LA VOLUNTAD DE PODER
El verdadero hombre dice Nietzsche
es aquel que ha desarrollado una voluntad de poder, de crear, de actuar, aquel
que librándose de los valores tradicionales, pone en marcha su verdadera
existencia. El hombre debe superarse, terminar en algo que esté por encima de
él, como el hombre está por encima del mono, esto es el superhombre, aquel que
vive plenamente en el mundo de los sentidos, mirando a la vida a través de sus
instintos, sin temor de enfrentarse continuamente a la muerte.
EL HOMBRE: PRIMERO LA EXISTENCIA
EL HOMBRE ES SU LIBERTAD: SARTE
Jean Paul Sarte, intentó elaborar
la filosofía a partir de la conciencia del hombre, le descubre su existencia y
con ello la angustia de la libertad, al enfrentarse a la búsqueda del
sentido de su que hacer en el mundo.
Para Sarte la existencia del
hombre en su misma existencia, es decir, lo que hace y siente el hombre; por
ello el hombre no solo es libre, sino que está condenado a la libertad, una
libertad absurda que le ha sido impuesta sin su consentimiento y que además no
conduce a ningún sitio.
Sarte considera al hombre como
una pasión inútil, por lo cual lo identifica con la nada, que es lo que
determina el sentido de la existencia humana.
EL HOMBRE VISTO DESDE EL PERSONALISMO DE MOUNIER
La persona constituyó el centro
de su reflexión. Mounier no fue un amigo de las definiciones, de ahí que no se
preocupo por definirla. Unifica toda su actividad en la libertad.
Mounier ve en la persona
distintos aspectos que la complementan, la enriquecen en su ser y la proyectan
a la realidad:
·
La libertad: consiste en el desarrollo de las
capacidades del hombre para el servicio de los demás.
·
El compromiso: con este en acción, la persona se
hace libre, sirviendo a los demás.
·
Para Mounier el individuo es el ser humano para
el que las demás personas no existen, al contrario de la persona que es el ser
humano proyectado hacia los demás.
ELEMENTOS EN COMÚN: SÓCRATES, PLATÓN Y ARISTÓTELES
Entre las similitudes que tienen
Sócrates, Platón y Aristóteles, podemos encontrar que tiene como eje el estudio
del hombre.
También encontramos que le hombre
no es un ser dividido, una dualidad irreconciliable, debe ser un todo. Una
unión entre cuerpo y alma, entre una forma o sustancia y la materia.
En síntesis, el hombre es un ser
pluridimensional. Que forma una unidad, una totalidad inseparable. Son aquellos
elementos que lo constituyen (al hombre) y lo definen como tal,
independientemente de sus características individuales.